martes, 25 de octubre de 2011

Música Primitiva y Antigua

MÚSICA PRIMITIVA

La música y la danza fueron las formas de expresión artística más antiguas de la humanidad. Lo evidencias su expresión en todas las culturas humanas, actuales y precedentes. Además, la audición es el primer sentido corporal que desarrollamos, y lo hacemos en el vientre materno, antes de nacer. Aún así, no hay testimonios directos de la actividad musical en tiempos prehistóricos, aunque sí restos de herramientas e instrumentos que pudieron tener una aplicación musical: pequeñas flautas de hueso o cañas, arcos que sonaban aún más si se mordía la cuerda y con la boca como caja de resonancia, así como muchos objetos para producir sonidos percutidos (raspadores, vainas, troncos huecos, etc.). El desarrollo de la música es simultáneo a dos factores que diferencian al Homo Sapiens de sus antecesores: el descenso de la glotis, que permitió el nacimiento del lenguaje y el canto y un importante desarrollo del cerebro que le permitió adquirir muchas posibilidades, transformando los objetos con las manos.

 Ritos y Emociones

La música trazó su propia trayectoria y evolución. Su Historia recorre infinitas melodías y bailas. Las emociones que desata la música en ritos, celebraciones y actos trascendentales de la vida comienzan a crearse su propia significación. La clasificación más primitiva destaca la música para alegrarse o para entristecerse, para recordar y celebrar, para ofrendar a los dioses, o para acunar al recién nacido. Así y todo, conservamos algunos elementos arquetípicos, una fibra interior que vibra estimulada por la magia del sonido... por la música que llevamos dentro.

 Instrumentos y Tecnologías

Cada tribu o etnia humana que recorrió los tiempos anteriores a la escritura (la Historia), supo aprovechar su propia industria y saber para crear un estilo musical. Los mismos arcos que disparaban flechas en la caza, servían de arpas primitivas para celebrar la vuelta de los cazadores al poblado. Los restos del cuero de la caza que no se usaban en la confección de prendas de vestir, se utilizaban para forrar la boca de vasijas o un tronco hueco, formando un tambor primitivo. Los huesos de los animales cazados se usaban como agujas y estiletes, pero también como flautas primigenias. Hoy en día subsisten tribus en un grado de evolución tecnológica similar y cuentan con recursos varios para acompañar sus cantos y danzas: desde elementos naturales como conchas marinas que suenan como trompetas, a teclados de piedras percutidas (litófonos) o una varilla de bambú vibrando entre los dientes. Son testimonios vivientes de una música que se gestaba en los oídos y corazones de una especie que dominaría la Tierra.



ANTIGUA ROMA

Los romanos adaptaron las teorías de los griegos a sus necesidades y prácticas musicales. El aulós griego se transformó en la tibia romana, instrumento que ocupó un lugar destacado en las ceremonias religiosas, en la música militar y en el teatro. Sin embargo, los intérpretes más destacados eran los esclavos intelectuales sometidos a los señores romanos que provenían de las provincias griegas. Puede decirse que la música en el Imperio Romano confirmó lo conocido en la Grecia Clásica, como el canto monofónico (a una sola voz o en coros unísonos), la relación entre la música y el ritmo prosódico (de los acentos y ritmos propios del texto hablado o recitado) y la improvisación al tocar un instrumento, poniendo en práctica fórmulas musicales conocidas y reguladas.

Música y Teatro:

En los teatros romanos, que imitaban a los griegos, se representaban obras y se daban conciertos musicales gratuitos. En lugar de componer ellos mismos la música de las puestas en escena (como los dramaturgos griegos), en Roma se asignaba esa tarea a otros creadores. Por ejemplo Flaco, hijo de Claudio, fue el autor de músicas para las obras de Terencio. También se destacaron músicos provincianos, como los griegos Terpnos (gran intérprete de cítara y maestro de Nerón), Menícrates, Polión y Mesomedes, autor de himnos a Helios y Némesis. La música no estaba restringida, como en otras culturas, a los hombres. Luciano, el escritor, elogia las habilidades como cantantes y tocadoras de cítara de las mujeres aristócratas como así también de las cortesanas.


Instrumentos:

La mayoría de los instrumentos romanos habían sido tomados de otras culturas, sobre todo de Grecia, pero se destacaron en la fabricación y uso de trompetas rectas, porque conocían el arte del torneado de los metales. Fue así que proliferaron las variantes: rectas, curvas, de boca ancha como un dragón, etc., que recibieron nombres como lituus, buccina, tuba o cornu. Asimismo tenían conocimiento y usaban una especie de órgano primitivo que se accionaba por un fuelle ejecutado en el circo, animando los espectáculos de gladiadores o de cristianos arrojados a las bestias. Este órgano hidráulico aparece registrado en los textos de los primeros padres de la Iglesia Cristiana, como San Agustín. En cambio, los instrumentos de cuerda, provenían también de Grecia, pero de zonas de Oriente más alejadas. De allí llegaron arpas, laúdes y cítaras (o salterios). Las percusiones sólo se utilizaban para dar ánimo a los soldados en combate.



AMERICA PRECOLOMBINA

El continente americano estaba poblado de norte a sur por descendientes de grupos étnicos que en tiempos prehistóricos llegaron de Asia a través del paso del noroeste. Eran tribus que se instalaron en las costas de ambos océanos, en sus selvas, sus cordilleras y desiertos. Su organización social era tribal (cada tribu pertenecía a una nación y éstas a un mismo linaje familiar). En toda su extensión encontramos la influencia de la cultura de los incas, los mayas y los aztecas y numerosas ramificaciones genealógicas. Al llegar los conquistadores europeos, en 1492, gran parte de esta herencia cultural y artística, comenzando por el lenguaje y las creencias se destruye. Surge un proceso de "aculturación". Las religiones sufren el sincretismo al incorporar la vestimenta y los atributos mágicos al santoral cristiano. También en la música suceden casos similares. Los viejos himnos y danzas adoptan letras con el concentimiento de la Iglesia y sirven para animar las fiestas, de carnavales a Pascuas.


El Charango
El charango es un producto de la aculturación. Los nativos americanos desconocían la técnica de pisar las cuerdas para modificar el sonido. Los europeos ingresaron guitarras y bandurrias al continente, para cuya fabricación se exigían conocimientos artesanales específicos. Los amerindios tomaron como caja de resonancia el caparazón de un animal del lugar (el armadillo) y dieron forma a un instrumento que participó desde entonces del folclore popular de toda la zona meridional de América.

Instrumentos y Melodías.
A excepción de algunos arcos musicales que aún suenan en las selvas, en la América precolombina no había instrumentos de cuerda. Casi toda la música era idiófona: provenía de instrumentos que sonaban por sí mismos, como calabazas rellenas de semillas o collares de conchas. Se encontraron flautas de distintos tipos y trompetas primitivas hechas con madera o hueso. También fueron halladas ocarinas de arcilla cocida. Entre los aztecas descubrimos un tambor de tronco hueco con una raja en forma de hache (el teponaztli) y tambores huehuetl.

Un instrumento típico en la zona andina es la flauta de pan o siku. También los silbatos y caparazones de tortuga golpeados. Lamentablemente, la arqueología apenas rescató algunos ejemplares de sus restos. Las melodías de los amerindios eran simples y expresivas: dos o tres notas eran suficientes para convocar a los dioses de la lluvia o los espíritus de los muertos. Otras culturas, como los aymara, utilizan escalas compuestas de cinco tonos (pentatónicas). Las canciones solían tener una curva melódica descendente y un ritmo de pulso marcado, muy vinculado al baile y los rituales.


CRISTIANOS PRIMITIVOS

La primitiva Iglesia cristiana sin duda se empapó de formas musicales provenientes de otras creencias y culturas, como el canto sinagogal de los judíos o las melodías de griegos y romanos. A diferencia de ellos, la Iglesia no permitió usar la música para su disfrute artístico o fiestas paganas, y ajustó a la música vocal dedicada a alabar a Dios y su obra. En la cristiandad primitiva, la Iglesia se extendió por Asia Menor, Europa y el norte de África, mezclándose con distintas culturas musicales en Siria, el Bajo Nilo, Milán o Bizancio, donde dio lugar a un estilo litúrgico propio. En occidente, las Iglesias cristianas se agruparon y unificaron en Roma, pero existían cantos locales en las diferentes regiones europeas, como el galicano de Francia, el beneventino del sur de Italia, el visigótico o mozárabe en la España anterior a la Reconquista, o el romano antiguo de la capital. La Iglesia necesitaba aunar criterios de liturgia, como el precepto que versaba que la música se debía cantar en honor a Dios.

La Reforma Gregoriana
Entre el año 590 y el 604 el papa Gregorio I y su sucesor el papa Vitaliano (que rigió la Iglesia de Occidente entre 657 y 672) recopilaron los cantos litúrgicos, la mayoría de procedencia francesa, y crearon un corpus (repertorio musical permitido y aceptado). Pero el verdadero promotor de la reforma musical de Occidente fue Carlomagno, quien al ser designado cabeza del Sacro Imperio Romano, se ocupó de difundir este repertorio y de suprimir los diversos dialectos del canto. Sólo algunas variantes locales se siguieron conservando. Los monjes benedictinos de Solesmes editaron estos cantos en una colección denominada Paleografía Musical y libros de neumas (partituras primitivas). Lo hicieron en Francia, en los siglos XIX y XX. La edición fue declarada oficial por el Vaticano en 1903, aunque desde el Concilio Vaticano Segundo ya no fue obligatoria.


Los padres de la Iglesia y la Música
Los primeros teólogos no oían música por el placer de hacerlo. Ellos creían que la música servía a la religión. Quisieron desterrar los instrumentos musicales de los templos, aunque la Biblia está llena de aluciones a los mismos. San Ambrosio escribió: "Algunos creen que he captado al pueblo con las melodías de mis himnos. No lo niego". San Agustín redactó desde el año 387 un tratado sobre la música en doce libros, de los que terminó la mitad. En sus Confesiones escribió: "Cuando evoco las lágrimas que he vertido ante las canciones de tu Iglesia, en el principio de mi fe renovada y cómo aún ahora me siento conmovido no por el canto, sino por lo que se canta, cuando se canta con una voz clara y hábilmente modulada, entonces reconozco la gran utilidad de esta costumbre". Otro teórico reconocido de la época, Boecio, escribió un libro sobre los principios de la música en el incipiente siglo VI.


ETNIAS AFRICANAS

El norte de África estuvo en manos del Islam en la Edad Media, por lo que denota la influencia directa de culturas del Oriente Medio. Al sur del Sahara, en cambio, la influencia arabizante fue menor porque fue la zona del continente explorada por los europeos coincidiendo con la conquista de América, en expediciones que muchas veces consistían en capturar esclavos. La mayoría de los habitantes del centro y sur del continente negro pertenecen a la raza bantú, que no son un grupo racial en sí, sino un conglomerado de culturas tribales e iletradas, aunque existen registros escritos en swahili.


Instrumentos
La mayoría del África negra basa su instrumental sonoro en elementos de la naturaleza: madera, cañas, huesos y cuero. No se descarta la influencia de instrumentos del norte de África, Europa y la India. Su catálogo es abundante y se encuentran en él una amplia gama de tambores de una o dos membranas, sonajeros, flautas, arcos musicales, laúdes primitivos, xilófonos o trompas. Uno de los instrumentos del sur del continente por excelencia es la "mbira" o "sanza", conocido como piano de pulgares (caja con lengüetas de caña o metálicas de distinta longitud que se pulsan con los pulgares de ambas manos). Los instrumentistas pertenecían a familias que cultivaban una tradición musical relacionada al recitado y relato de epopeyas también.

Características
La mayoría de las músicas de este continente coinciden en algunos rasgos a pesar de la diversidad de estilos y colores étnicos. Poseen muchos instrumentos que se ejecutan por separado, acompañando el canto y en pequeños grupos. Se destaca una tendencia a la simultaneidad de expresiones musicales: desde distintas voces (polifonía) a distintos ritmos (polirritmia), debido a la costumbre de tocar en varios subgrupos pequeños. La percusión suele acompañar todas las melodías, e incluso instrumentos melódicos como las flautas y las cuerdas suelen tocar un acompañamiento percusivo. La evolución melódica está sujeta a la improvisación de motivos cortos y repetitivos. La lengua condiciona el ritmo de la música. Abundan las escalas pentatónicas (cinco sonidos separados por un tono o por un tono y medio). La música también suele estar asociada a la danza. Finalmente, el juego de voces en ocasiones se estructura en dos partes, con sendos grupos de instrumentistas o cantantes alternados como pregunta y respuesta.

MÚSICA Y FILOSOFÍA

En la Grecia Clásica, sofistas, filósofos y científicos trataron el tema de la música desde dos puntos de vista: investigaron su naturaleza, su lugar en el universo y entre los dioses del Olimpo, así como sus usos y efectos sobre el alma humana; y describieron sistemática y científicamente los elementos de su composición.
La palabra música tenía un significado más amplio que ahora. Deriva de las musas, cada una de las nueve diosas hermanas protectoras de las distintas artes y ciencias. Así, y desde el principio, la música se vinculó a la belleza y la perfección. Pitágoras y sus descendientes plantearon relaciones entre el sonido y las matemáticas, otra forma de verdad ideal que se correspondía con una visión cósmica de armonía universal. Los escritos Timeo y La República de Platón son ejemplos de esta doctrina. El último fue un libro casi sagrado durante muchos siglos en occidente e influyó en el concepto de la música, tal como llegó hasta nuestros días.

Ethos
Ethos significa moral, ética en griego. En la música, se refiere a su influencia en el carácter y cualidades de los ciudadanos. La música es un reflejo del universo y una fuerza que puede modificarlo, produciendo milagros sonoros. Aristóteles sostuvo que la música estimulaba la voluntad, acercando a los hombres a la guerra o a la paz, al placer o a la tortura, a la dulzura o la ira. Al igual que Platón, propusieron que el ejercicio físico y la música fueran los elementos principales del sistema de educación pública. Un cuerpo sano cuyo interior vibra con los sonidos. Ello categorizaba a la música en dos tipos: la de efecto calmante y meditativo, y otra excitante y entusiasta. La primera se asociaba al culto a Apolo, su lira, la oda y la pica, mientras que la segunda se atribuía a Dionisos, su aulós y formas poéticas afines, el ditirambo y el drama.


Música y Astronomía
Claudio Tolomeo relacionaba las leyes matemáticas de la música con las que organizaban los astros celestes. Este concepto se conoció como La Música de las Esferas, un sonido permanente que acompaña al universo desde su creación por el roce con el éter de unas esferas cristalinas concéntricas donde se encontraban incrustadas las estrellas, la luna y el sol.


República de la Música

Para Platón, la República debería evitar en sus planes educativos musicales la multiplicidad de notas, las escalas complejas, la mezcla de formas y ritmos dispares, los conjuntos de instrumentos diversos, los instrumentos con muchas cuerdas y a los tocadores de aulós. Para Platón un estado que respetara esta ética musical estaría a salvo de excesos e injusticias. En cambio, las naciones que no fijen sus reglas artísticas y educativas tendrán costumbres licenciosas y anárquicas.

MÚSICA Y RELIGIÓN

En la antigüedad se creía en los poderes sobrenaturales de la música. El ritmo, la melodía, el sonar de los instrumentos, la voz cantante parecían productos de un don divino, con una fuerte influencia en la vida: desde cantos y danzas para que los dioses enviaran lluvia o caza, a la cura de enfermedades gracias a las invocaciones sonoras. Son numerosos los ejemplos de la música utilizada como puente entre la tierra y el cielo. Existe una creencia que aún hoy puede encontrarse y es la función que cumple la música como acompañamiento de los ritos eclesiásticos y en otros contactos con lo inexplicable como el satanismo, brujería, magia negra y todo el mundo del ocultismo. Todas esas prácticas recurren al auxilio de formas sonoras para elevarse sobre lo cotidiano y entrar al reino de los espíritus. La música misma se convirtió en religión de muchos melómanos del mundo, que adoran la figura de los máximos creadores como seres celestiales o los consideran tocados por la mano de Dios.

Ritos y Emociones
Todas las culturas sostienen que la música es un regalo de los dioses a los humanos para mermar sus sufrimientos y regocijarse en sus alegrías. Incluso hubo culturas, como la de la Grecia Clásica, que elaboraron un complejo mapa astronómico organizado por una armonía en la que cada elemento cumplía su función y ocupaba el lugar que le correspondía en el Cosmos. Los objetos celestes se encontrarían incrustados en esferas de cristal de diversos tamaños (unas más cercanas y pequeñas, otras más grandes y lejanas), que en su giro alrededor del mundo producían una bella conjunción de melodías espaciales. Los humanos, acostumbrados a oír la Armonía de las Esferas desde que nacen hasta que mueren, no la perciben como un sonido real, sino como una vibración que baña nuestra existencia y nos vincula al mundo, participándonos de la Creación.

Instrumentos y Tecnologías
Por mucho tiempo, la música era propia de personajes de las tribus con poderes sobrenaturales (chamánes, brujos o maestros de ceremonias). Marcaba el paso del tiempo en las fiestas estacionales o se utilizaba como médium para invocar los espíritus de la sanación. Su increíble poder evocador de emociones hizo de la música un complemento de la magia y los milagros. Para los antiguos griegos, la música era un regalo de las Musas (de las que deriva su nombre), hijas del todopoderoso Zeus, que inspiraban la danza y el canto de los mortales. Más aún, los primeros filósofos y científicos de la Historia intentaron relacionar a la música con los números y las proporciones. Nadie dudaba de que las leyes musicales eran mágicas y se empeñaban en descifrarlas y controlarlas. Este fue el origen de las primeras teorías musicales.


SISTEMA TONAL GRIEGO

La teoría es el resultado de la observación hecha a una práctica. Los griegos crearon normas para hacer música, el sistema tonal, que determinaba las formas y posibilidades técnicas de la música. En sus comienzos, se definió una armonía musical compuesta por siete asuntos distintos: las notas, los intervalos, los géneros, los sistemas de escala, los tonoi, la modulación y la composición de melodías. Hacían una distinción entre el movimiento continuo y el diastémico para definir tanto las notas como los intervalos, o distancias relativas que las separan. La primera de estas categorías correspondía a los sonidos que cambian de altura en la misma emisión (como en un ulular) y el otro tipo determinaba con sus movimientos y desplazamientos de nota en nota, distintos intervalos. Luego se agrupan en sistemas de escalas, que alternan en su sucesión diferentes tipos de tonos: enteros (dos semitonos), dobles (dos tonos) y medios (semitonos). La escala se organizaba sumando dos tetracordios, grupos de cuatro notas con un intervalo total de separación de una cuarta.

Tonos

Esta palabra, empleaba indiscriminadamente para designar notas, intervalos, alturas o alcance en la escala de una voz particular, solía entenderse como “modo” (manera de organizar el material en las melodías). Estos tonos determinaban las alturas que participaban en una escala y la función que cada una de ellas asumía en distintos tipos de discursos musicales. De esta manera, la nota do en una pieza era la que daba la sensación de reposo, mientras que en otra obra con la misma escala la sensación de reposo estaba en el la. Esto aportó un dinamismo propio para cada nota. Este modo de hacer música generaba una respuesta anímica en el ser humano, el o la ethos (porque podía ser masculino o femenino) o denotaba las preferencias y usanza de las distintas regiones, etc.
Monocordio de Pitágoras
Cómo se organizaba la escala musical en ocasiones se desprendía de experimentos físicos con el sonido, como los derivados del monocordio que creó Pitágoras y que sirvieron para establecer la relación de frecuencias exactas en un intervalo. Así, una cuerda pisada en la mitad de su trayecto emite un sonido una octava más alto que el fundamental y pisándolo a dos terceras partes del trayecto, el sonido emitido y el fundamental forman entre sí una quinta justa.
Tetracordios y Escalas
Existían tres géneros o clases de tetracordios: diatónico, cromático y enarmónico, denominaciones que subsistieron en el lenguaje musical, pero con nuevas significaciones. Los tetracordios se construían de forma descendente, de manera que cuando se señala que hay una sucesión de tono, tono y semitono, por ejemplo, las notas desde do serían do, si bemol, la bemol y sol. En cambio, los tetracordios se reunían en pares que cubrían siete notas (heptacordios), una octava o una octava doble.
Existen imágenes y escritos referidos a la música que se remontan al 4000 a.C. La gente cantaba y bailaba mucho antes de que se escribiese la música o hubiera cualquier otro tipo de escritura. El ritmo y el canto son elementos intrínsecos de la psiquis humana. Los habitantes de las cavernas cantaban a los dioses para asegurar sus cosechas. Las antiguas civilizaciones estaban sometidas al control de gobernantes que conocían el poder de la música. Se han ganado batallas y comenzado revoluciones gracias a la inspiración de la música

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